Consumo adecuado y saludable de los alimentos en época navideña

Carolina Herrera González

Profesora de Ingeniería en Tecnología de Alimentos, Sede de Atenas

Se acerca el fin de año y para muchos se nos hace inevitable asociarlo con los tamales, el rompope, el queque navideño, la carne asada… y claro, la comida de la fiesta del trabajo, de los amigos del cole, de los colegas del gimnasio, de los amigos de la U y, sé que faltaron eventos por mencionar. Aunque no podemos olvidar que este año ha sido atípico y es probable que esas actividades cambien un poco para poder cuidar nuestra salud y la de los demás.

Sin embargo, esta es la dinámica de esta época del año: hay una mayor disponibilidad de comidas y de bebidas. Un bocadito por aquí y otro por allá porque resolvemos preparar más alimentos para demostrar nuestro cariño o cercanía con los demás. Y es que, esto no es algo de aquí y ahora, ha sido parte de nuestro comportamiento humano: la cooperación, el intercambio y el compartir los hemos utilizado como una herramienta de subsistencia (Kramer, 2018) aspectos claves para una especie social como la nuestra.

Y es que, precisamente por esta alta disponibilidad de alimentos, podría suceder que no logremos comerlos todos, que los desperdiciemos. Ante una crisis ambiental, recursos naturales contaminados o disminuidos y cerca de 820 millones de personas padeciendo hambre en el mundo, diferentes organismos y grupos alrededor del mundo, nos llaman la atención ante lo que esto verdaderamente significa.

De acuerdo con FAO (2016), solo en América Latina y el Caribe se pierden y desperdician aproximadamente 127 millones de toneladas de alimentos al año, con las cuales se podrían suplir las necesidades calóricas de 300 millones de personas. Estos hechos además de tener un impacto económico y social también representan una amenaza a nuestro medio ambiente. En 2007 se estimó que la huella de carbono por esta problemática fue de 3300 millones de toneladas de CO2 equivalente, una huella hídrica de 250 km3 y se usaron 1400 millones de hectáreas para producir alimentos que nunca fueron consumidos (FAO, 2016).

 Si bien es cierto, para mejorar esto necesitamos un trabajo conjunto entre todos los involucrados en la cadena de alimentación, uno de estos actores importantes somos nosotros como consumidores. Debido a esta realidad y ante la cercanía con los eventos y dinámicas que suponen estas fechas festivas, se comparten algunas recomendaciones para no solo evitar desperdiciar alimentos sino también para salvaguardar la inocuidad de estos.

  • Compras

-Lleve una lista en mano de lo que necesita comprar, ya que así se puede evitar adquirir alimentos de más.

- Cuando esté en el lugar de compras, adquiera los productos refrigerados hasta el final. Esta práctica ayuda a que no pasen mucho tiempo fuera de la cadena de frío, ya que esto podría hacer que se disminuya la vida útil e incluso que se multipliquen bacterias que pueden causar enfermedades. Lo ideal sería que lleve una hielera o bolsa térmica y los transporte en ellas.

  • Cálculo en las preparaciones

- Para evitar que se generen gran cantidad de alimentos sobrantes que pueden llegar a desperdiciarse, planifique las cantidades de las recetas de los alimentos a preparar versus el número de personas que realmente los consumirán. Y esto empieza desde las compras.

  • Manipulación de los alimentos durante las preparaciones

- Lávese las manos constantemente con jabón por 20 segundos durante la preparación, en especial si está manipulando alimentos crudos y cocinados al mismo tiempo.

- Disponga de, idealmente, espacios dentro de la cocina, recipientes y utensilios distintos para manipular alimentos crudos y cocinados. Procure que todos estos estén limpios.

- Evite hablar o reírse directamente sobre los alimentos en preparación.

  • Temperaturas de cocción de alimentos

- Procure cocinar apropiadamente los alimentos: cumpliendo temperaturas y tiempos mínimos. Esto no solo evita que se desencadenen enfermedades provocadas por bacterias, sino también que se alarga la vida útil de los alimentos. Tome la temperatura en las porciones más gruesas o centrales de los alimentos.

Tipo de alimento

Temperatura mínima de cocción (°C)

Carne de res, cerdo, ternera y cordero

63

Carne molida

71

Pollo

74

Huevos

Hasta que la clara y yema se vean firmes

Platos con huevo

71

Alimentos sobrantes y guisos

74

Sopas, cremas o salsas

Hacer hervir

  • Manejo de alimentos sobrantes

- Úselos, puede consumirlos si le da una correcta manipulación, almacenamiento y calentamiento.

- Después de cocinados los alimentos, procure que no permanezcan mucho tiempo a temperatura ambiente (en especial los que necesitan refrigeración), ya que puede disminuir su vida útil e incluso causar enfermedades por la multiplicación de bacterias.

- Refrigere (0-5 °C) o congele (-18 °C) carnes, pollo, huevos, pescados y mariscos y otros alimentos perecederos en menos de dos horas después de la cocción o la compra; refrigere o congele en menos de una hora si la temperatura ambiente es de aproximadamente 32 °C (FDA, 2019).

- Porciónelos (si son cantidades considerables) y compártalos con sus vecinos, amigos o familiares. Colóquelos en tazas limpias con tapa o cúbralos con plástico adhesivo o similar para evitar que se contaminen y dañen por el frío. Etiquételos para así controlar el tiempo en que aún es recomendado consumirlos.

- Si los almacena en refrigeración, procure consumirlos en no más de aproximadamente 4 días; si los congela procure consumirlos en no más de aproximadamente 4 meses (FDA, 2019).

- En el momento de recalentar los alimentos sobrantes, sáquelos con una cuchara limpia y recaliente exclusivamente la cantidad que va a consumir, de inmediato coloque el resto en el refrigerador nuevamente.

- Recaliente los alimentos a 74 °C y asegúrese de que se mantengan así por al menos 15 segundos FDA. (2017). Procure consumirlos todos después de recalentarlos (FDA, 2017).

  • Otros consejos

- Algunas veces alimentos como tortillitas o papas tostadas pueden perder crujencia. Antes de botarlos, pruebe colocándolos en el horno microondas por 1-1,5 minutos, volverán a estar tostadas.

- Puede congelar bebidas, descongelarlas y consumirlas en otro momento o incluirlas en otras recetas o preparaciones.

- Revise el estado del refrigerador para que se encuentre limpio y no saturado, así se puedan mantener las temperaturas de refrigeración recomendadas y se evita la contaminación cruzada.

- Analice muy bien la adquisición de ofertas es probable que haya mucha exposición a diferentes productos, por impulso decidamos comprarlos y después no tengamos la capacidad de consumirlos dentro de la vida útil de estos.

- Comprar frutas o vegetales salidos de los “estándares de belleza” garantiza que puedan ser consumidos y no desechados por esta razón. Podemos estar seguros de que aportan los mismos nutrientes y beneficios.

- Cuando coma en restaurantes o sodas, calcule las porciones y su apetito. Si sobra, pida que se lo empaquen, llegue a casa, refrigérelo cuanto antes y aplique los consejos de consumo para alimentos sobrantes.

Los problemas ambientales y de seguridad alimentaria en nuestro planeta son reales y desafiantes, requieren de cambios verdaderos y a la altura de la gravedad de lo que representan. Sin embargo, nuestras acciones diarias sí pueden llegar a hacer la diferencia porque vivimos en interacción constante con el resto de formas de vida y recursos. Cuando nos proponemos no desperdiciar alimentos, no solamente valoramos y agradecemos que nuestro planeta nos alimente, sino que también nos comprometemos y solidarizamos a que pueda seguir alimentando otros seres humanos y especies, aún cuando nosotros ya no estemos.

Si el tema sobre pérdida y desperdicio de alimentos le ha interesado, puede mantenerse informado siguiendo nuestro movimiento Alimentando Conciencia y buscarnos en Instagram como Sobrante Cero Costa Rica.

Referencias

FAO. (2016). Pérdida y desperdicio de alimentos en América Latina y el Caribe. Boletín N. 3. Disponible en http://www.fao.org/3/a-i5504s.pdf

FDA. (2017). Manipulación segura de los alimentos: lo que usted debe saber. Disponible en https://www.fda.gov/food/buy-store-serve-safe-food/manipulacion-segura-…

FDA. (2019). Hechos sobre alimentos. Cómo reducir los desperdicios de alimentos y mantener la seguridad en los alimentos. Disponible en https://www.fda.gov/media/111704/download#:~:text=Mant%C3%A9ngalo%20cub…!

Kramer, K. (2018). The cooperative economy of food: Its effect on human life history and physiology. Physiology & Behavior, (193), 196-204. Doi https://doi.org/10.1016/j.physbeh.2018.03.029