Glenda M. Chacón Hernández, Encargada de Mercadeo y Comunicación.
Aunque las relaciones comerciales entre dos regiones norteñas cercanas datan del siglo XVII; no es sino hasta el 25 de julio de 1824 que 25 firmantes, representantes del 77% de la población de aquel momento (Rodríguez, 2015: 83-84), de manera voluntaria deciden incorporarse al Estado de Costa Rica.
Fue un hecho que ameritó consulta popular y que dio como resultado el aceptar agregarse a un territorio y no a otro; de ahí la frase, parte del Himno a la Anexión del Partido de Nicoya, “De la Patria por nuestra voluntad”.
Identificados con el acontecimiento, la población de la Sede de San Carlos, se unió a la celebración de esta efeméride y el 24 de julio compartió un poco de esa historia patria que muchas veces se olvida, melodías que trasladaron la memoria al pasado y reflexiones acerca de las verdaderas razones de la anexión; del ser costarricense; de las fronteras entre países; ¿Seguirá siendo Costa Rica un país de oportunidades para los pobladores de esta región?; de la situación actual de la región en aspectos como uso de la tierra, empleabilidad y desarrollo en general, pusieron a los presentes a meditar y escribir sus comentarios.
Para esta ocasión se formó un grupo musical de personal administrativo que interpretó un mosaico de música típica entre ellos Pasión, Caballito Nicoyano y Caña Dulce, dirigido por el profesor Mauricio Piedra, encargado de la Promotoría Cultural de la Sede.
Y por supuesto, no podían faltar las bombas características manifestaciones populares de esta provincia guanacasteca, hermana nuestra por decisión de sus habitantes. Finalizando el acto conmemorativo al deleitar pinto, natilla, agua dulce, café y tortillas con el fondo musical de marimbas y cantos alusivos a la fiesta nacional.